Hecho a semejanza de las muñecas inflables, usadas por algunos de sus amos, estos nuevos juguetes caninos están elaborados con un material plástico cubierto de una piel gruesa de silicona, que no sólo protege a los entusiastas animales al lanzarse desbordados sobre su pareja de emergencia, sino que también le brindará suavidad durante el acto.
La fisionomía del juguete es exactamente igual a la de cualquier hembra, con músculos específicamente moldeados para asemejar a los carnosos glúteos de una acompañante canina de ensueño y un agujero de color rosa en la parta posterior, que su inventor aconseja limpiar regularmente.
El nombre del creador del juguete es Clement Eloy, joven ciudadano de Francia, un país conocido por su atmósfera romántica que ahora también atraerá a los perros solitarios en busca de un placer sin compromisos.
Eloy describió su invento como una "forma natural de controlar los impulsos sexuales" de los animales, probablemente consciente de que las necesidades de un perro no se solucionan únicamente acudiendo a un hueso de plástico con sabor a higado. |