Se trataba de Miri Harovi, una profesora de yoga de 21 años de trayectoria, quien les pidió estirar los brazos hacia arriba y doblar la cabeza hacia adelante. Además, les enseñó una serie de ejercicios que se pueden realizar mientras se está sentado.
Harovi atribuye el estrés de los pasajeros a "nuestra historia de terror en los autobuses" y afirma que el único remedio es la disciplina oriental que ella imparte. "Es muy importante hacer yoga para relajar y mostrar a todos que la vida es más fuerte que el miedo", indica Miri.
El "autobus del yoga" continuará rodando cada martes, durante tres semanas, aunque la intención es que la iniciativa se expanda. Por tal motivo, se contactó con una empresa de transportes de Tel Aviv a la cual le entusiasmó la idea.
Junto a su marido, Gilad Harovi, han promocionado esta disciplina durante años en la televisión y escuelas públicas israelíes. Según Miri, el objetivo es "que la gente pruebe el yoga y sienta lo bueno que es". |