Pekka Niska, Gerente Ejecutivo de la empresa Crane, en Helsinki, Finlandia, explicó que su programa de incentivos podía costarle mucho dinero pero que valía la pena tener al personal entrenado y saludable.
El señor Niska, que a los 66 años continúa trabajando sus biceps y tiene unos abdominales que parecen una tabla para lavar la ropa, aseguró que "quiero empleados en forma. Aún si ello me cuesta cientos de miles de dólares, valdrá la pena ya que su desempeño se verá multiplicado".
Aquellos trabajadores que deseen hacer ejercicio durante el día pueden tomarse una hora entera en lugar del receso para el almuerzo, y no sólo serán remunerados económicamente, sino que además el señor Niska les pagará 1.25 dólares por cada kilómetro que corran después del trabajo.
La empleada Anette Hollander aseguró que "tengo tanta energía después de una caminata de 10 kilómetros, que mi rendimiento en el trabajo es muy superior al que normalmente tendría".
Si bien la idea ha sido bien recibida por parte de los empleados, la iniciativa del señor Niska de repartir un bono de 600 dólares a aquellos trabajadores que no se tomen ningún día por enfermedad ha sido criticada por algunos que sostienen que la medida alentará a la gente realmente enferma a seguir trabajando. |