Arie Jongeneel, un granjero de 32 años, espera que sus vacas den una leche de primerísima calidad gracias a que experimentan un descanso reparador en un colchón de agua. En Mount Angel, Oregon, muchos de sus colegas están experimentando con esta técnica. Las camas -inmensas bolsas de goma rellenas de agua- ondulan cuando las bestias de más de 600 kilos se dejan caer sobre ellas.
"Si es mejor para las vacas, esto va a incrementar la producción de leche, no hay duda" opina optimista Jongeneel. Al adaptarse a los contornos de la vaca, el colchón brindará a los rumiantes un descanso más reparador. Según dicen, además reduce la suciedad, la humedad y la proliferación de parásitos. El granjero sostuvo que "a las vacas les encantó enseguida, se tiraron ahí y se las veía confortables. Las camas son mucho más fáciles de limpiar los fardos de heno".
Cada colchón de agua cuesta 150 dólares. Según dicen, cuando la vaca duerme es cuando más trabaja, ya que su cuerpo en reposo está procesando los nutrientes que dan nacimiento a la leche. |