Al parecer, los agentes de policía pudieron encontrar la plantación de sustancias ilegales gracias a que Willie, un perro pointer, pisó un teléfono celular y marcó la tecla de emergencias que conecta directamente con la fuerza pública. Cuando la operadora del "911", servicio de emergencias de los Estados Unidos, escuchó los jadeos del animal creyó que se trataba de una mujer en problemas.
Al no obtener respuesta del animal, la operadora solicitó el rastreo de la llamada y explicó que "nadie contesta, pero se pueden escuchar los llantos de una mujer de fondo". El domicilio del cual provenían los quejidos de la dama en apuros era el de Santho. Al llegar allí la policía no encontró a la mujer en peligro sino las ciento cincuenta plantas de marihuana. Y al perro. Y al teléfono celular. Y a Santho, quien fue arrestado. La grabación de la llamada del perro "en apuros" y de la conversación entre el pointer y la operadora está disponible -como no podía ser de otro modo- en Internet.
Por momentos, los sonidos que emite el perro parecen la voz de una mujer. Pero mucho, mucho más, parecen los de un perro. |