Natalia Pshenkina, una mujer sueca de 31 años, pidió al Gobierno de su país tomarse unas vacaciones del trabajo asignado en la prisión de Ystad, donde se encuentra cumpliendo una condena de por vida.
La señora, convicta por haber asesinado a su novio en 2005, tomó un empleo dentro de las instalaciones del servicio penitenciario y ahora cree que como compensación por los servicios brindados, y como lo indican las leyes laborales suecas, merece unas vacaciones.
"Pregunté en qué fechas pueden tomarse unos días los presos", escribió Pshenkina en una carta al Consejero de Justicia del país. "Y la respuesta que obtuve fue que los convictos no tienen permitido tomarse vacaciones", concluyó indignada la mujer.
Anders Annerfalk, vocero del Servicio Penitenciaro, confirmó que los detenidos no están protegidos por el sistema laboral y las leyes de trabajo no aplican para ellos.
Al parecer, Natalia deberá seguír trabajando sin gozar un período de descanso. Después de todo, no es que tenía planedas una vacaciones en el Caribe. |