Christina Lauwers, de Antwerp, Bélgica, no puede registrar su auto porque, según dicen las autoridades, está muerta. La Central Administrativa para el Registro Automotor le informó que no puede realizar los trámites legales de su vehículo porque murió dos años atrás.
"Pueden tomar mi palabra. Les aseguro que estoy viva", les dijo Christina. Pero la burocracia administrativa local no está de acuerdo. Según explicó la mujer, ya lo veía venir porque su esposo Guy recibió en el año 2002 una carta de la municipalidad lamentando la muerte de su esposa. "Al principio me asusté. Los llamé por teléfono y les expliqué que mi esposa estaba viva", relató el marido.
Posteriormente, al intentar pagar sus impuestos por Internet se dio cuenta de que no existía. Un vocero de la administración de Antwerp aseguró que encontrarán la manera de resucitarla. |