Chris Inglis, de Burlingame, Estados Unidos, perdió a su amigo felino "Ted" diez años atrás. El hombre desesperado lo buscó durante seis meses. Pegó carteles, ofreció recompensas y fue puerta a puerta en busca de su compañero. Pero todo fue inútil.
Cuando Inglis y Ted empezaron a cohabitar, el hombre estaba divorciado, alquilando un departamento de un ambiente y conducía un Honda Civic. Ahora al reencontrarse con su amigo, él está felizmente casado, con su propia casa y un Mercedes Benz. Ted sin embargo no cambió mucho. Sigue siendo el mismo gato negro de espalda huesuda y cara de malo.
Fue hallado en El Camino Real, cerca de Atherton a 20 kilómetros de donde solía vivir. El gato fue hospedado en el Penninsula Humane Society, un refugio para animales vagabudos, donde notaron el chip y lo utilizaron para rastrear a Inglis.
Ahora Ted, que nuevamente ha cambiado la rumbosa vida del gato callejero por el cómodo hábitat hogareño, enfrenta un solo problema: aprender a convivir con Max el gato que ocupó su lugar durante su ausencia y -peor aun- con Audie, el perro. |